La empresa Aguas Bonaerenses S. A (ABSA) dió a conocer un comunicado donde expresa que el agua de las localidades de 9 de julio, Carlos Casares y Pehuajo, no fue contaminada a raíz del trágico accidente de tránsito donde un camión que contenía bidones de glifosato volcó en la ruta Nacional N° 5 (km 274), cerca de la ciudad de 9 de julio, y los derramó sobre la vera de la ruta.
Como consecuencia del accidente ocurrido días atras, donde lamentablemente falleció el conductor del camión, los bidones que contenían glifosato, cayeron al costado de la ruta y justo debajo pasa el caño maestro de agua que abastece a las ciudades de 9 de julio, Carlos Casares y Pehuajó. Esta situación despertó alertas sobre todo de la asociación Conciencia agroecológica, de la ciudad de 9 de julio, que alertó de un “desastre ambiental y humano a 8 km de 9 de julio”, teniendo en cuenta que esta sustancia es potencialmente cancerígena. Consecuentemente, el diario La mañana y Tiempo Digital de dicha localidad, se hicieron eco de esto e informaron a la comunidad sobre el peligro de lo ocurrido.
ABSA asimismo demoró en informar si efectivamente se había contaminado el agua con esta sustancia, con lo cual se generó una gran preocupación en los habitantes que consumen este agua. Finalmente, este es el comunicado que brindo la entidad:
Aguas Bonaerenses SA informa que, ante confusas versiones periodísticas respecto a las consecuencias del vuelco de un camión cargado de agroquímicos, ocurrido el martes pasado sobre la ruta n° 5 a la altura del kilómetro 274, cabe destacar que este accidente, ajeno a la empresa, no alteró el estado del agua que es transportada por el acueducto que abastece a las ciudades de Nueve de Julio, Carlos Casares y Pehuajó.
En tanto, para llevar total tranquilidad a la población y siguiendo los procedimientos
habituales, se tomaron muestras de agua para su análisis, cuyos resultados preliminares arrojaron un informe negativo en cuanto a la presencia de sustancias que alteraran las condiciones normales del líquido.
Cabe destacar que el espesor del acueducto de hormigón que corre bajo el suelo en el que produjo el vuelco, no permite el ingreso de sustancias, y en caso de que se descubriera una rajadura el mismo posee presión positiva, lo cual produciría la expulsión de cualquier líquido. Además, ABSA no posee captación de agua en ese lugar, lo cual disminuye aún más la posibilidad de adulteración.