“El Lobizón de Carlos Casares” es el título de la obra de Fernando Soto Roland, una investigación sobre los acontecimientos que conmovieron a Casares en marzo de 1973. Este libro es el primero de La Marciana, una colección publicada por el Centro de Investigaciones Fantásticas Ediciones (CIFE) y dirigida por el periodista y escritor Alejandro Agostinelli, editor de FactorElBlog.com
El viernes 12 de mayo a las 19 hs. el profesor en Historia de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Fernando Soto Roland, ofrecerá una charla con entrada libre y gratuita en el Salón de la Sociedad Italiana de Carlos Casares (Lamadrid 13), donde dará detalles de su investigación sobre las apariciones del supuesto lobizón que aterrorizó a los casarenses hace cincuenta años y escuchará, junto a su equipo, testimonios de quienes aún recuerdan aquellos acontecimientos.
“El Lobizón de Carlos Casares” es el primer volumen de La Marciana, una colección cuatrimestral de no ficción que aborda sucesos, experiencias y seres extraordinarios de la Argentina y América Latina. Este es el primer libro publicado por el Centro de Investigaciones Fantásticas, “un colectivo invisible dedicado al estudio de sucesos improbables”, define su director, el periodista y editor de FactorElBlog.com, Alejandro Agostinelli.
A cincuenta años de los acontecimientos que alteraron la tranquilidad de Casares, Roland, presenta su investigación sobre un extraño evento que copó las conversaciones, las emociones e incluso los dispositivos de seguridad de Carlos Casares. Dos semanas tan intensas que los sucesos aún permanecen indelebles en la memoria del pueblo.
En marzo de 1973, los rumores y, sobre todo, la cobertura de un periódico, alimentaron la noticia de que una criatura idéntica a un lobizón, o el lobizón mismo, rondaba por las noches de Casares, trastocando la percepción de la realidad de sus habitantes, quienes poco a poco empezaron a experimentar la forma de miedo más paralizante: el horror a lo sobrenatural.
El autor inició su búsqueda sin información, apenas acompañado por un vago y lejano recuerdo de la primera emoción que registró en su infancia con relación a lo paranormal: su temor al posible ataque de un lobizón como el de Carlos Casares.
Durante la pandemia, Fernando Soto Roland comenzó a obtener los primeros datos contactando con usuarios locales de redes sociales. Cuando la cuarentena terminó, pudo completar la pesquisa en la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional, donde una colección nunca antes consultada del periódico El Oeste lo estaba esperando.
FICHA TÉCNICA
Título: EL LOBIZÓN DE CARLOS CASARES
Autor: Fernando Jorge Soto Roland
Ilustración de portada: Nahuel G. Dimarco Bustos
Diseño y maquetación: Darío Lavia
Fecha de publicación: Marzo de 2023, 1ª Edición
Editorial: CENTRO DE ESTUDIOS FANTÁSTICOS EDITORES
Colección: LA MARCIANA
Director: Alejandro Agostinelli
Número de páginas: 123
Precio sugerido: $ 3.500
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Así, empezaron a desfilar ante sus ojos una legión de habitantes que habían vivido una serie de experiencias insólitas, algunas de ellas espeluznantes, que los arrancó de su cotidianeidad. Periodistas y fotógrafos tuvieron que declinar la información tradicional para cubrir las supuestas correrías de un animal desconocido, policías acusados de indolencia debieron imaginar tretas para atraparlo, amas de casa se convirtieron en víctimas solitarias y paisanos corajudos salieron del anonimato para devenir héroes que salían a patrullar las noches en batidas armadas para dar caza a la elusiva bestia. Cada vecino jugó papeles emocionantes, disparatados o inesperados, en un contexto político y económico lleno de tensiones y violencia, esperanzas y desengaños.
“El Lobizón de Carlos Casares” indaga en los testimonios, en las notas periodísticas, en el recuerdo y en las hipótesis. Medio siglo después, la sombra del lobizón persiste en Casares, donde aquellos sucesos son evocados con la nostalgia propia de la inocencia perdida, el terror fue suplantado por anécdotas risueñas y novelescos relatos de valentía protagonizados por personas que ya no están.
El libro de Fernando Soto Roland rescata ese patrimonio intangible que marcó una época, sin perder de vista que estamos condenados al olvido y que siempre es posible que, en la noche menos pensada, volvamos a creer oír el aullido del lobizón.
