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“El Menjunje”, la reinvención de Kráneo Negro

En un contexto de pandemia por el Covid-19, que pulverizó todo tipo de proyectos y emprendimientos, Kráneo Negro se las arregla para suplir la falta de acción en los escenarios. Con motivo de su vigésimo cumpleaños, la banda casarense sacó a la luz “El Menjunje”. El disco está compuesto por once reversiones de canciones grabadas anteriormente, un tema nuevo (100 Vietnam) y un cover de Estallando desde el océano.

Pero ¿Hay manera de escuchar once temas de Kráneo ya conocidos y volver a deleitarse de una manera diferente? He ahí la clave: además de tener a los cuatro pilares fundamentales (Fenómeno, Marky, Duilio y Juanchi) el disco está plagado de rasgos distintivos que lo alejan de lo mostrado en sus tres álbumes anteriores: invitados en casi todas sus canciones, vientos, arreglos impecables, y solos de guitarras más largos y pulidos que lo habitual.

Kráneo Negro es una banda que fue mutando su estilo con el pasar de los años. Comenzó siendo un punk ortodoxo y veloz, con rasgos de poesía que se intercalaban con lo jocoso y despreocupado, tal como se puede evidenciar en el nombre de su primer disco de estudio “Lo que se te cante el culo”. Con el correr del tiempo y el cambio gradual de sus integrantes,  fue mostrando poco a poco una faceta más virtuosa y rítmica, con acento marcado en el contenido social de sus letras. Esto último muy notorio en “Lo establecido es engaño” y “Los que llegaron tarde al rock”. Una primera época influenciada por Flema, NOFX y los Ramones, que fue mezclándose con estilos y letras cercanos a Social Distortion, Sumo y La Polla Récords.

En 2020 se reinventa y busca dejarse llevar por una amplia diversidad musical en sus temas. El Menjunje es un disco singular en el cual todas las canciones tienen sus particularidades: no sólo invita a escuchar el punk rock al que nos tiene acostumbrados la banda casarense, sino que también contiene pasajes de milonga, tango, metal, y hasta algunas pinceladas de rap. Cuenta, además, con algunas modificaciones en la canción “Al servicio de la comunidad” que se adecúan a los tiempos que corren, abandonando el conocido “yuta puta” del final para transformarlo en “yuta nunca”. Una pizca de corrección dentro de la incorrección política.

Otra característica peculiar son los recortes de audios que hacen alusión a las canciones; fragmentos de Peter Capusotto y sus videos, una escena de la serie Okupas, entrevista a Luca Prodan, y discursos del Che Guevara y Norma Plá. La edición, la mezcla y la masterización estuvieron a cargo del guitarrista de la banda Juan Vilardo, quien realizó la producción general junto al vocalista Federico Román.

Lejos del calor de los recitales, y con la incertidumbre sobre la realización del “Merenderock” en Carlos Casares, la banda con mayor perduración de la ciudad consigue sacarle jugo a este momento y ameniza la cuarentena con un disco nuevo. Con una pandemia de por medio y sus complicaciones para presentarlo. Y sostienen, orgullosos, “nosotros somos así”.

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