San Maradona: El más humano de los dioses

Hoy, el 25 de noviembre del 2020 dejaste de estar con nosotros para convertirte en la leyenda que ya eras en vida. Dejarás de llevar el peso de la fama sobre tus espaldas para descansar en paz junto a los tuyos, la tota, el Diego, El Che, Fidel, Perón, Evita, Chavez, Néstor y todos esos revolucionarios que tanto defendías.
Me propuse escribir con las sensaciones a flor de piel, en un día gris, opaco, lluvioso y espeso, como si el clima supiera que se está llevando al cielo al más humano de todos los dioses.
Lloró, siento la congoja más grande que sentí en mi vida. La piel se me eriza en el mismo momento que miro el teléfono y veo el titular que nunca creí que iba a ver. Primero pensé que era una fake news, pero por dentro sabía que era; lo que no quería que fuese.
Quizás haya muchos en el mundo que no puedan comprenderte, que te juzguen, que te apedreen por haber hecho lo que otros no se atreven a hacer o decir. Tuviste muchas versiones, por eso, fuiste el más humano de los dioses, justamente por eso, pero quienes absorbimos tu generosidad, tu humanidad, tu grandeza, tu humildad y tu rebeldía, entendimos que detrás de ti, estaba la sangre de un pueblo esclavizado, colonizado, maniatado, empobrecido, desprotegido, vulnerable, invisible y vos, fuiste quien lo expresó primero con una pelota en los pies, y más tarde con tus gestos.
Tuviste el don para jugar al fútbol, para bailar y hacer bailar a quienes jugaban con vos, contra vos y también a los que te miraban. Gritaste, lloraste, hiciste feliz a muchos pueblos en diferentes partes del mundo con tu presencia, con tus gambetas, con tus movimientos, con tus andanzas.
Diego Armando Maradona se convirtió en el más humano de los dioses porque en su interior tenía ese don, el de la felicidad, el de generar alegría por donde estuviera, el irradiar una energía totalmente diferente a la que irradiamos el resto de los mortales.
Diego es la cultura en sí mismo, es la barbarie y la civilización en una sola persona, era el hombre que combatió al capital con una pelota y una mano, fue el hombre que puso de rodillas a los poderosos y que, a pesar de tenerlo todo, nunca quiso ser de su condición. El pueblo, la rebeldía y su sensibilidad social lo hicieron siempre estar del lado de los más vulnerables.
Amó al Che, Fidel Castro, Chavez, Perón, Evita, Néstor, a pesar de ser un crítico de la iglesia, tenía una admiración muy grande por Jorge Bergoglio, el Papa Argentino. Maradona siempre llevaba su ideología debajo del brazo, y esa era la de cobijar a los más vulnerables, a los desprotegidos, a los invisibles.
Quienes creemos en sus sinceros sentimientos, en sus verdaderas acciones, en sus genuinas expresiones y en sus mágicas condiciones, lo vamos a recordar por siempre.
Empoderado con tu camiseta 10 y llevando a la República Argentina a lo más alto, como antes nadie lo había hecho.
¡Hasta Siempre Diego!

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