Efectivos de la Policía Bonaerense justificaron la desaparición de unos 540 kilos de marihuana del depósito de la Delegación Judicial de Pilar aludiendo que “se lo comieron los ratones”. La droga se había incautado en un operativo conjunto entre la justicia y las fuerzas policiales.
Los miembros de la fuerza implicados acaban de ser imputados en el marco del proceso número 71706/17 caratulado «NN s/infracción a las ley 23.737» en el que se investiga la responsabilidad de los funcionarios en el faltante de esa cantidad de droga.
La historia comenzó en abril de 2017, cuando el comisario Emilio Portero relevó a su par Javier Specia, responsable de la Delegación Departamental de Pilar. Lo curioso es que un mes antes Specia había relevado a su vez al comisario Gabriel Schefer, quien se fue a cumplir tareas a la localidad de Moreno.
El procedimiento de rigor indica que con cada traspaso de mando es necesario firmar el «recibo del cargo», una suerte de inventario de todo lo que el oficial que es trasladado hacia otra dependencia, deja en manos de su sucesor. En ese momento, Portero detectó en el depósito judicial de la Departamental Pilar una situación que no le cerraba con las cantidades de droga incautadas, consignó el diario Ámbito Financiero.
Por eso realizó la correspondiente notificación a la División de Asuntos Internos de la Policía y la denuncia ante el Juzgado Federal de Campana. El magistrado a cargo, Adrián González Charvay, ordenó que Gendarmería Nacional allanara el galpón, tras lo cual confirmó la sospecha del denunciante: según el acta de traspaso firmada por Specia, debieron haber habido alrededor de 6 mil kilos de marihuana y los efectivos de la fuerza federal sólo hallaron 5.460. O sea, 540 kilos menos.
Fue entonces cuando el magistrado resolvió citar a los involucrados, entre quienes se encontraba además el comisario Julio César Torres y los tres coincidieron en argumentar una misma coartada muy sugestiva: según las testimoniales de los tres oficiales, la marihuana «había sido comida por las ratas». González Charvay dispuso una nueva inspección al depósito donde se labraron actas y se tomaron muestras para verificar el grado de veracidad de las declaraciones.