Olavarría suele auto percibirse como una “ciudad rica”. Tal es así que, en una oportunidad, un ex intendente tuvo la osadía de decir que era un municipio “autónomo” y que “no dependía de nadie”. Sin embargo, las políticas desplegadas por Javier Milei, particularmente la paralización de la obra pública, impactan particularmente en el distrito minero por excelencia de la provincia de Buenos Aires.
Cerro Negro anunció que paralizaría su fábrica y cumplió. La empresa propiedad del holding Sociedad Comercial del Plata terminó el proceso de “parada segura” el pasado 30 de abril y dispuso la suspensión de 54 trabajadores por 60 días , plazo durante el cual percibirán el 80% de su salario básico.
En diálogo con Todo Provincial, el secretario General de AOMA Olavarría, Alejandro Santillán, aseguró: “Más del 70% de piedra, cemento y cal que se produce en Olavarría tenía como destino la obra pública y por eso es una de las ciudades más afectadas por esta política”.
Y reprochó: “Esta medida no podría tener lugar en un país serio, si había irregularidades se debía controlar y mejorar las licitaciones, no parar todo. Es una locura”.
El despecho de cemento en Loma Negra y Cementos Avellaneda cayó un 40% respecto al mismo período del 2023. El panorama para las canteras es aún peor. Algunas pasaron de despachar 150 camiones de piedra al mes a sacar tan sólo 10. En ese contexto, comenzó a acechar el fantasma de los despidos.
“Las empresas buscan cómo reducir costos y algunas piensan que se van a salvar revoleando trabajadores por la ventana”, reprochó el dirigente de AOMA y señaló: “Hay servicios tercerizados como el destape de canteras donde hubo retiros y varios trabajadores desvinculados. Los fuerzan para que terminen arreglando. Las Pymes también están avanzando con despidos”.
Por ahora, se registran despidos por “goteo”. Entre los trabajadores de las fábricas circulan versiones sobre la inminente «paralización de hornos» y asusta la posibilidad de que comiencen los ceses masivos. En ese marco, la negociación paritaria se torna cada vez más compleja.
“Todavía no pudimos cerrar la negociación en la rama cemento. Terminamos el interanual un 1% abajo a pesar de que a las multinacionales no les fue nada mal durante los últimos años. Ahora no quieren reconocer ningún aumento para marzo y sólo ofrecen algo para abril que nosotros consideramos insuficiente”, explicó Alejandro Santillán.
Y advirtió: “El panorama que se avecina no es bueno porque actualmente en cemento hay un 60% ocioso, mientras que en las canteras esa ociosidad puede llegar al 90%, por lo que prácticamente están paralizadas. Lamentablemente, ese contexto nos pone a discutir puestos laborales en lugar de mejoras salariales”.
Para colmo, en la reforma laboral de la Ley Bases, la producción de cemento aparece como “servicio esencial” para la reglamentación del derecho de huelga.
“Perderíamos el único poder de fuego que teníamos los trabajadores”, alertó el titular de AOMA y apuntó: “Son todas medidas en contra de los trabajadores y encima buscan cercenar nuestras posibilidades de lucha frente a empresas que, como siempre, seguirán intentando avasallar los derechos laborales”.
Esta abrupta caída en la actividad minera también repercute en una significativa baja en la recaudación por el derecho de explotación de cantera, popularmente conocido como “impuesto a la piedra”, que normalmente ronda el 25% del presupuesto total del municipio pero este año tendrá una incidencia menor.