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Conflicto del Atlántico Sur: Una historia que despertó del encierro sometido

Por: José M. Giuliodoro – GA101. Soldado TOAS

Las huellas que el subconsciente nos despierta entre los días cotidianos, los instantes entre las sinapsis de nuestras neuronas, entre las madrugadas infinitas, desveladas, cada angustia contenida de nuestras sombras y las tantas preguntas jamás contestadas, como caminantes sin caminos, presos del olvido desmedido.

Nos existirá una gran Nación sin verdad, memoria y justicia. La Patria que no defendieron, los mismos que nos escondieron en vagones al regreso del Conflicto del Atlántico Sur, esos que entre gallos y madrugadas nos quitaron parte de nuestros honores, los cómplices que callaron encapsulados en un egocentrismo desmedido, sin importarles nuestras deshilachadas vidas, nuestros compañeros camaradas que se nos iban de a poco, sin pena ni gloria, entre la soledad, el silencio y las lágrimas, abrazando parte del alma que les quedaba. Todo está guardado en nuestra memoria.

Hoy se conoce parte de esa historia escondida, gracias a la apertura de los documentos clasificados del Conflicto, la muerte de 17 camaradas en el Continente, las ordenes de guerra, las funciones de cada uno y la importancia de los soldados TOAS (Teatro de operaciones Atlántico Sur), los camaradas estaquiados en Comandante Luis Piedra Buena, los que se quisieron quitar la vida, los que curaban heridos, los que cargaban municiones, custodiaban puntos estratégicos del enemigo, los que custodiaron ingleses prisioneros y los que frenaron la invasión en varias ocasiones al Continente del enemigo, en verdad, el verdadero objetivo era ese,  nuestro Sur, nuestras bases desde donde partían los aviones y el abastecimiento hacia las Islas, y mucho más…Todo guardado en nuestras memorias, pero escondido durante más de 35 años, una historia enterrada bajo la tierra de nuestra querida Patria.

Honor y gloria a los que no abandonaron la lucha, los que a pesar de sufrir todo tipo de deslealtades, siguieron en busca de la verdad.

Honor y gloria, a los camaradas que se nos fueron en silencio sin ser reconocidos.

Honor y gloria a todos los camaradas caídos en este absurdo Conflicto del Atlántico sur.

Honor y gloria a todos los que quedaron en el suelo de nuestra Patria.

Honor y gloria a todos los que volvieron y lucharon contra la ignorancia, el olvido y la angustia cotidiana desolada.

Las luchas jamás se abandonan, por la memoria de los que ya no están, de nuestros hijos y por todo lo vivido que nos duele hasta los huesos, cada día que pasa, en cada nueva cana que aparece, en cada arruga que renace en nuestro rostro, en cada momento que nos cuesta levantarnos y seguir creyendo. La desmalvinizacion comienza contando la historia en su contexto global verdadero.

Nuestra clase política tiene otra deuda, pero no es cualquiera, no es para abrir otra grieta, es para abrazarnos todos, para sanar profundas heridas de quienes defendieron la Patria, es para mirarnos a los ojos y sentarnos todos juntos en una gran mesa, con nuestra celeste y blanca, y que luego de 41 años se nos devuelva lo que nos pertenece y nos quitaron, invadiéndonos en un gran abrazo que nos acaricie el alma todos los camaradas, nos quite los silencios desconocidos, los desencuentros, nos libere en parte de los sueños en angustias, y podamos descansar en paz. ¡Viva la Patria!

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