Según los últimos datos del INDEC, el 30% de las mujeres de 25 a 65 años no realizó el PAP en los últimos dos años, método considerado el más sencillo para detectar lesiones precancerosas del cuello del útero.
La sociedad generalmente no tiene en cuenta la incidencia del cáncer de cuello de útero y muchas veces los controles preventivos son olvidados por las pacientes. De acuerdo a los datos del Observatorio Global del Cáncer es el tercer tumor más frecuente diagnosticado en mujeres en nuestro país, después del cáncer de mama y colorrectal.
“Según datos de Globacan, en el año el 2020 se diagnosticaron en la Argentina 4.600 casos de cáncer de cuello uterino y representa el tercer tumor más frecuente diagnosticado en mujeres en nuestro país, presentando una tasa de incidencia de 16.7 casos por 100.000 mujeres” puntualiza la médica oncóloga Ana Mendaña del Instituto Alexander Fleming, quien agrega que “durante 2020 fallecieron en nuestro país 2.500 mujeres por este tipo de cáncer, ocupando el quinto lugar, con una tasa de mortalidad de 8.7 por 100.000 mujeres”.
Estos números ubican a la Argentina entre los países con el rango de incidencia más alta. “En América Latina, compartimos la tasa con Perú y Venezuela. Siendo Chile, Brasil y Uruguay, los países con menor prevalencia. También es mayor el alcance local con respecto a Estados Unidos y gran parte de Europa”, detalla Medaña.
El rol del HPV
El origen de este tipo de cáncer reside en un crecimiento anormal de las células del cuello uterino causado por algunos tipos del Virus de Papiloma Humano, VPH o HPV. Bajo este nombre se engloba un grupo superior a 200 virus, de los cuales más de 40 se transmiten por contacto sexual directo. Entre ellos hay cerca de 12 que causan cánceres.
“Al tratarse de un virus de transmisión sexual se estima que 8 de cada 10 mujeres lo tendrá en algún momento de su vida. De ese total, un 5% generará malformaciones en las células que podrían convertirse en cáncer” señala la Dra. Verónica Fabiano, ginecóloga del Fleming, quien aclara que “desde que se produce la lesión hasta que se desarrolla el cáncer, pueden transcurrir entre 10 y 20 años. Por eso, es de suma importancia la consulta anual al profesional medico y la realización del PAP que permite llagar a una detección precoz en este tipo de enfermedad”.
Los factores que inciden
El HPV se transmite por vía sexual. Con lo cual, tener múltiples parejas sexuales y sin método de barrera es uno de los causantes. Aunque es importante destacar que “la utilización del preservativo disminuye el contagio entre un 30 y un 60%. Es decir, la persona puede contraerlo aún con su uso. Sin dejar de lado que se trata del único método para evitar otras enfermedades de transmisión sexual, como el VIH”, aclara la doctora Fabiano.
Por otra parte, “las enfermedades inmunodepresoras, como el HIV/SIDA son factores relacionados con un mayor riesgo de infectarse con VPH y desarrollar cáncer. Para evitarlo, al menos inicialmente, deben hacer las revisiones ginecológicas con una mayor frecuencia que las mujeres que no tienen infección por VIH. Se tienen que hacer una revisión ginecológica con citología cada 6 meses tras el diagnóstico de la infección por VIH, y anualmente una vez obtenidos 2 resultados negativos”, indica el doctor Martin Loza, médico ginecólogo y mastólogo del IAF.
“Existen otros factores que asociados al VPH pueden aumentar el riesgo, por ejemplo, haber comenzado a tener relaciones sexuales a edad temprana, haber tenido múltiples parejas sexuales, fumar, la multiparidad y la utilización de anticonceptivos orales”, enfatiza la doctora Fabiano.
En cuanto al rango de edad de la aparición del cáncer de cuello uterino, el médico oncólogo del Fleming, Gonzalo Giornelli, señala que “se trata de una enfermedad rara antes de los 20 años. Sin embargo, afecta a mujeres jóvenes, con una edad promedio de 49 años”.
Chequeos infaltables: PAP y colposcopía
El Papanicolaou –PAP– es un método sencillo para detectar lesiones en el cuello del útero. Debe realizarse anualmente entre los 21 y 65 años. Ante dos resultados anuales consecutivos negativos, puede espaciarse cada tres años.
Sus resultados se complementan con la colposcopía que “permitirá localizar con una lente en aumento las lesiones en el cuello del útero detectadas previamente en el PAP y definir la necesidad de una biopsia”, amplía Fabiano.
Además, la conjunción de ambos métodos permite disminuir los llamados falsos negativos que, “en el caso del PAP, llegan al 20%”, completa Loza.
La Dra. Fabiano agrega que: “en mujeres de entre 30 y 60 años, el médico también puede indicar el test de detección de HPV, que basado en biología molecular, permite hallar la presencia de ADN del virus de HPV en las células de esta zona”, y aclara que “es importante destacar que no se recomienda este estudio en mujeres más jóvenes, porque la mayoría de las infecciones encontradas serán transitorias y podrían remitirse espontáneamente”.
Los síntomas que implican una consulta al ginecólogo
Generalmente el cáncer de cérvix es asintomático en las etapas iniciales. Sin embargo ante la aparición de algúnos síntomas se recomienda una consulta al ginecólogo:
–Dolor pelviano.
–Dolor o sangrado durante o después de las relaciones sexuales.
–Flujo vaginal anormal.
–Sangrado vaginal inusual.
Las vacunas contra el HPV
“Sabemos que el factor causal más importante es la exposición al virus del Papilloma Humano (HPV), por lo que el tener múltiples parejas sexuales y sin método de barrera para evitar ésta y otras enfermedades de trasmisión sexual, la vacuna contra el HPV es una herramienta fundamental”, destaca el Dr. Giornelli.
“En Argentina las vacunas contra el HPV están aprobadas para hombres y mujeres a partir de los 9 años de edad, se recomienda su aplicación antes del inicio de las relaciones sexuales. Según el Ministerio de Salud de Argentina la vacuna cuadrivalente contra el HPV se encuentra en Calendario Nacional de vacunación para todas las niñas y niños de 11 años de edad; (niñas que hayan nacido a partir del 1 de enero del 2000 y varones que hayan nacido a partir del 1 de enero del año 2006); es decir que si ya pasaron los 11 años y no se vacunaron tienen disponible la vacuna en forma gratuita. Al igual que todas las personas entre 11 y 26 años que vivan con HIV o hayan sido transplantados”, explica el Dr. Antonio Lorusso, expresidente de LALCEC.
“Las vacunas contra el HPV demostraron disminuir de manera significativa las infecciones por los subtipos carcinógenos del virus. Así como también menguar la cantidad de diagnósticos de verrugas anogenitales y la prevalencia de lesiones precancerosas. Con lo cual, la incidencia del cáncer de cuello de útero es menor en la población vacunada”, explica la doctora Mendaña.
“Las madres y padres de adolescentes -hombres y mujeres- deben consultar a su médico sobre esta opción”, concluye el Dr. Giornelli.