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Catalina cumplió su sueño de chica cuando decía «no soy nene, soy nena»

La pequeña Catalina Cortez con tan solo 10 años recientemente cumplidos decidió que quería dejar de ser nene y tener su nueva identidad de nena. Junto a su abuela, Graciela Cortez, quien está a cargo de su crianza emprendieron los trámites para ella obtenga su dni en la ciudad de Carlos Casares. Una historia que tiene una sola premisa para Catalina: «Ser feliz y libre».

Por Victoria Juarez

Graciela ¿Cómo fue el proceso en el que Catalina comenzó a manifestar que no quería ser más nene?

Ella siempre desde chiquita decía: Yo no soy nene, soy nena. A mi no me regalen un camión o una pelota, yo quiero una muñeca. Ella se crió así, jugando con juguetes de nena. Nunca más le compramos juguetes de nene porque no le gustaban.

La llevábamos a comprar lo que a ella le gustaba. Siempre la dejamos ser libre. Ella pasaba por una vidriera de zapatos y quedaba fascinada.

Transitó el jardín jugando con zapatos, con carteras, con vestidos y un día una de las maestras la llamó a la mamá consultándole si sabían en la familia que ella era así, que jugaba con cosas de nena y ella le contestó si que jugaba así en todos lados. De hecho, yo tengo una sobrina que se llama Martina y Catalina jugaba mucho con ella.

Luego, cuando empezó la escuela ella prefería una guardapolvo tipo pecherita, en vez de un guardapolvo prendido adelante como de nene. No se ponía ropa de nena para salir a la calle pero en nuestra casa, en la de los tíos y los abuelos si se vestía como nena.

Nosotros le preguntábamos porque sos una nena y ella respondía «no me siento un nene, no me gusta  mi cuerpo, para mi me hicieron equivocada».

¿Como fue el momento en el que ella dijo que quería cambiar su identidad?

Cuando estaba por cumplir 10 años se levantó un día y me dijo «mami yo no quiero ser más Robertino». Imaginate yo y en ese momento quería hablar con el tío Franco. A él le dijo que se quería cambiar la identidad, el tío lloraba porque no podía creer que siendo tan chiquita estuviera hablando de cambiar su identidad. Él le dijo que iba a comenzar a averiguar cuales eran los trámites que tenían que hacer para cambiar su identidad.

Luego me contacté con Celeste Novillo que integra la Dirección de la Mujer, Políticas de Genero y Diversidad Sexual aquí en Carlos Casares y le dije quería hablar con ella por un tema de Robertino. Pasaron dos días y vino a mi casa junto a otra de las chicas que forma parte del área, Ornela Bellante. Cuando ellas le preguntaron como se llamaba, ella contestó Catalina. A nosotros ya nos había dicho que se quería llamar así y empezamos a llamarla de esa manera. Le preguntamos si estaba segura y nos dijo que sí.

Ellas consiguieron una psicóloga para Catalina, tuvieron charlas conmigo, con la mamá. También ella tuvo una reunión en la escuela.

¿Cómo fue el momento en el que llegaron al registro civil para comenzar el trámite de cambio de identidad?

Días atrás fuimos al registro civil, fue su mamá y su papá a firmar y ella firmó por primera vez como Catalina.

¿Cómo te sentís Catalina luego de haber dado este paso tan importante?

Estoy muy contenta porque yo quería ser Catalina y quería tener mi documento como Catalina. Ya casi lo voy a tener así que estoy re contenta. Me siento libre y feliz.

¿Viviste alguna situación de burla por ejemplo en la calle, en la escuela?

En la escuela mis compañeras se burlaban porque yo llevaba una mochila rosa. Mi profe Elio y mi señorita Silvia me ayudaron.

En el barrio había un nene que me gritaba cosas pero mi hermano le dijo que no se burle más.

¿Qué deseas hacer ahora que no hayas  hacer antes?

Salir a la calle con vestidos, con tacos, sandalias.

Me dijeron que estaban re contentas por mi entonces ahora ya me dicen Cata.

¿Cómo era tu vida siendo nene?

Me sentía bien pero ahora estoy más feliz porque soy Catalina. Igual también fui feliz siendo Robertino.

¿Desde cuando sentís que sos nena?

Desde que aprendí a hablar. Ya le decía a mi mamá que era nena, que no era un nene.

Sobre el final de la nota, su abuela Graciela a quien Catalina llama «mami» expresó muy emocionada hasta las lágrimas: «Estoy feliz por ella porque está logrando lo que siempre quiso. Ojala sirva para que muchos nenes que estén en esta situación sean libres de sentir lo que sientan y ojala que los papás que no entienden a los chicos escuchan a Catalina y sepan que los nenes si saben elegir lo que quieren».

 

 

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