En la Sede del Partido Justicialista se llevó a cabo un acto conmemorativo por el 71° aniversario de la muerte de Evita. Militantes y dirigentes recordaron la figura del Eva Duarte de Perón.
El actual jefe comunal y pre candidato a intendente de la ciudad, Daniel Stadnik le brindó versos y la recordó como una de las mujeres más relevantes de la historia política argentina.
“Era tanto el odio que amaron el cáncer, pero ella siguió viva; era tanto el miedo que robaron su cuerpo, pero ella siguió viva; era tanto el pánico que la sepultaron en el otro lado del mundo, pero ella siguió viva”, relatan las primera estrofas del texto elegido por Daniel Stadnik para recordar a Evita.
EVITA
Eva Perón murió el 26 de julio de 1952 en un Buenos Aires frío y lluvioso a las 8 y 25. Tenía apenas 33 años.
Aquel 26 de julio, luego de conocerse la noticia, dos millones de personas llenaron las calles por donde pasó su féretro y el velatorio duró dos semanas.
¿Cómo fue el secuestro del cuerpo de Evita?
La ex actriz, falleció a los 33 años de un cáncer de cuello de útero, y por su simbología el pueblo argentino lamentó durante mucho tiempo su pérdida. Mismo el Congreso le otorgó el título de «Jefa Espiritual de la Nación».
El cadáver embalsamado de Evita se encontraba en el segundo piso de la sede de la CGT, en la calle Azopardo. Estaba a la espera de ser llevado a un mausoleo que proyectaba edificar en el segundo mandato de Perón.
Pero el golpe de Estado -conocido como la «Revolución Libertadora»- en 1955 que truncó al justicialismo, encontró en el cuerpo de Evita un objeto a ser tratado.
El militar argentino Pedro Aramburu, ordenó que el cuerpo sea trasladado a Milán, Italia, donde sería enterrada en el cementerio de esa ciudad.
Mientras que, en 1971, Alejandro Agustín Lanusse dispuso la entrega a Perón del cuerpo y que fuera trasladado a la residencia del expresidente durante su exilio en España.
En octubre de 1974, la agrupación Montoneros usó el cadáver de Aramburu para exigir que los restos de Evita sean devueltos al país. Isabel Perón, presidenta en ese momento, aceptó e inició gestiones para que el cuerpo volviera a Argentina.
Cuando volvieron los restos de Evita, fueron depositados junto a los de Perón, en un mausoleo ubicado en la Residencia de Olivos. Años más tarde, la «Jefa Espiritual de la Nación» fue depositada en el segundo sótano de la bóveda de la familia Duarte en el cementerio de la Recoleta, donde se encuentra hasta el día de hoy.