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Según INTA Manfredi la inversión en cosechadoras podría bajar 25% con respecto al 2017

Desde INTA Manfredi estiman que la sequía generará una retracción en la demanda de equipos, alcanzando una facturación de U$S 580 millones. Luego de un 2017 donde se habían alcanzado 850 millones.

El 2017 fue el año récord de inversiones en maquinaria agrícola con 2.200 millones de dólares, siendo el principal rubro el de cosechadoras con 550 millones y que sumando todo el equipamiento, tolvas, cabezales maiceros, girasoleros y draper, casillas y tanques, entre otros, llegó a un total de unos 850 millones de dólares en el rubro cosecha de granos (nacional e importado), de acuerdo con un informe elaborado por técnicos del INTA Manfredi.

En el mismo se estima que en 2018 para el mercado de máquinas de cosecha de grano una disminución de inversión del 25 a 35% respecto al 2017, es decir 580 millones de dólares. Para el 2018, el pronóstico del mercado con “Año Niña” (leve) anticipaba para est sector una inversión de 800 millones de dólares, pero la sequía extrema en algunas regiones de la Pampa Húmeda ha disminuido la estimación de producción desde los valores iniciales de 125 a 105 millones de toneladas (13 millones, 5 de Perfil – Sábado 31 de marzo de 2018 maíz y 2 del resto) que representan una merma del saldo exportable a valores normales de 4.500 M/U$S.

“Es lógico que 20 millones de toneladas menos de granos signifique además de menos necesidad y capacidad de inversiones en equipos de cosecha, menos repuestos, menos combustible, menos movimiento de camiones, menos secado y acondicionado de granos, menos empleos y movimiento económico en general en los pueblos y ciudades del interior productivo, generando problemas en efecto cascada”, indican desde el informe.

Desde el INTA Manfredi estiman que “el crédito con tasas convenientes, la intervención del Estado con medidas paliativas y también estimuladoras de inversiones en maquinaria fabricada en Argentina (60% superior de integración nacional), podría ser estratégico para mantener el empleo industrial del sector del cual se sustentan muchos pueblos y ciudades del interior productivo”.

Las microrregiones de cosecha normal con buen precio tendrán capacidad de inversión y los contratistas y productores, en contraste con la gran mayoría del área núcleo, no tendrán capacidad de inversión en el 2018 pero sí capacidad de endeudamiento “y ahí la herramienta del crédito con tasas subsidiadas (públicas y privadas) puede ayudar a pasar el año sin despidos en las fábricas que producen en el país, puestos de trabajos muy vulnerables. Los
importadores y ensambladores tienen posibilidades de vender su producción en 70-80 países, en cambio el fabricante local seguirá la tendencia bajista del mercado local”.

Con respecto a la competencia entre la industria nacional y las marcas multinacionales, los técnicos del INTA hacen hinapié en “la necesidad de orientar políticas activas del Estado para jerarquizar y aumentar la competitividad de la industria nacional en esta contingencia de mercado climático y en el mediano plazo. Los que fabrican con más de 60% de componentes nacionales son los que dan los puestos de trabajo de lo cual viven una gran cantidad de pueblos y ciudades del interior productivo”.

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