“El cigarrillo no conduce a nada: ¡Qué feliz sería si nadie fumara!”

EN EL DÍA MUNDIAL DE AIRE PURO, PORTALELTORO.COM DIALOGÓ CON LUJÁN TORRES QUIEN PASÓ DEL AMOR AL ODIO CON EL CIGARRILLO. ESCRIBIÓ UNA POESÍA Y SUEÑA QUE ALGÚN DÍA NADIE PRENDA UN CIGARRILLO.

Por: Federico Suárez

En 1977 la Organización Mundial de la Salud estableció al 18 de noviembre como el  Día Mundial del Aire Puro. Hacer reflexionar y tomar conciencia a la población sobre los riesgos del aire contaminado y, priorizar la necesidad de un aire saludable vinculandolo con la contaminación atmosférica y otras temáticas como el cambio climático y la salud humana, es el objetivo.

Si bien el tema es amplio, hoy desde Portal El Toro nos ocuparemos de contar la historia del casarense por elección, Adolfo Luján Torres, que, pasó del amor al odio con el cigarrillo, a causa de un problema de salud del cual logró salir adelante escuchando a los profesionales de la salud que lo atendieron. Pero esa, es solo una parte de la historia, ya que, desde muy chico, su amor que aún conserva por la escritura en versos, completa el relato para sumar un granito de arena a la conciencia colectiva, en pos de colaborar para que las personas hagan a un lado el vicio que “no conduce a nada”, pero que, a él le sirvió para escribir sus experiencias a través de la poesía. 

Influenciado por José Hernández, “desde muy chico, cuando aprendí a leer en la escuela, empecé a leer el Martín Fierro, me gustaba mucho. Analizaba sus sextillas y escuchaba a los payadores; así me fui instruyendo solo”.

“En el último año de la escuela escribía al final del cuaderno y la maestra no me retaba, me corregía si iba con B,V,S o C”, recuerda y aclara que la reacción de la maestra era porque “en el cuaderno debía estar todo lo de la escuela, no una poesía”. Ayde Santellan, así se llamaba la docente, quien tampoco le preguntaba por qué lo hacía, pero lo alentaba en su gusto por la escritura. Con el tiempo Adolfo Luján Torres fue convirtiéndose   en un escritor de oficio, con numerosas participaciones y menciones en distintos concursos de diferentes ciudades.

“Me gustaba leer el Martín Fierro por la historia y la forma de su escritura, la cual me servía para aprender a escribir en sextillas. Las practicaba en borradores para ver dónde tenía o no que rimar, porque no es lo mismo hacerlo con una métrica exacta o una que desentone en la sextilla. Lo fui aprendiendo solo, y a la vez, me fui dando cuenta que era fácil escribir de esa forma”.

Su primer escrito, “El adiós de un egresado” fue a los 13 años. Así comenzó su camino autodidacta. Son muchas las poesías de su autoría; la que mayor repercusión, “lamentablemente”, tuvo fue la que le dedicó a la memoria de Roberto Mouras el día de su trágica muerte en la Vuelta de Lobos (22/11/1992) y, otra sobre “Evita” que concursó en La Plata logrando el segundo lugar.

Pero hoy, visitamos a Luján para conocer cuándo y por qué escribió, ¿La vida por un pucho?, donde el protagonista, en el día mundial del aire puro, cuenta la historia de su salud que dio paso a la misma.

“¿Cómo andas Luján? Buen día

Con vos quería charlar

Porque me cuesta aceptar

Lo que dice tu poesía

En tu opinión y la mía

Está la idea de cada cual

Y mi pregunta puntual

¿Si el cigarro te afectó

¿Qué culpa tengo ahora yo

de que el humo te haga mal?

¿Cuánta tela hay pa’ cortar?

Buen día….pasa, sentáte

No te convido con mate

Y te lo voy a explicar

Porque matear y fumar

No lo banco, me da asco

Y la conclusión que saco

Es entendible y sencilla

Porque apesta la bombilla

De olor y gusto a tabaco”.

Así comienza la poesía. Y con su lectura nos introduce en la historia de vida que lo llevó a redactarla.

“Con toda la intención discrimino al fumador porque quisiera que nadie fumara. Imposible, porque siempre fumé. Lo hice hasta los 50 años cuando se me complicó la salud y lo dejé”, inicia contando a días de cumplir 78 años (1º de diciembre).

“FUMÁ, HACETE HOMBRE”

Era una frase recurrente que escuchaba de sus amistades  Luján en su adolescencia y, para no ser menos, “le robaba los cigarros a mi papá que fumaba particulares fuertes de etiqueta colorada; en la siesta fumaba uno, pero, quería fumar rubios porque estos dejaban un aliento feo.

Empecé a comprar San Diego que me dejaba un gran dolor de cabeza. Era el cigarro de moda del momento”, rememora.

Fumó por más de tres décadas. “Se me tapaban las arterias, me dolían los tobillos y las varices también no estaban bien. Fui al doctor con mi mujer y fue muy claro: `Dejá el cigarro o el cigarro te va a dejar a vos’.

Ahí lo dejé de un día para el otro sin extrañarlo. Yo siempre decía, cuando mi nieto, de un año, aprendiera a decirme abuelo dejá de fumar lo haría; pero el doctor repitió lo dicho y sumó que si quería ver crecer a mi nieto que lo dejara, y eso te duele. Me hizo repensar porque fue un susto grande que tuve”, enumera la secuencia.

Asimismo, reconoce que “hay momentos en que uno se engaña y lo agarra, como fue en su momento con la pérdida de un familiar, pero, fue ese momento de dolor”.

El tiempo pasó, la salud fue sanando y hoy disfruta del nieto, de la familia, pero, a diferencia de antes “me molesta el que fuma, me doy cuenta del olor a metros. Me hace mal el humo; a veces la tos que me agarra no se me va por días”.

LA NUEVA VIDA, SIN “PUCHOS”

Irónicamente, gracias al susto que le dieron los problemas de salud a causa del cigarrillo, Luján adoptó como único “vicio” una hoja en blanco, un lápiz y su gusto por la escritura. Con facilidad y unos cuantos borradores encima, muchos son los versos que compuso hasta hoy.

Los mismos se pueden ver en su muro de Facebook: https://www.facebook.com/adolfolujan.torres.9 donde el oriundo de Dudignac, pueblo del interior de 9 de Julio, que comparte, además del lugar de nacimiento, el amor por el club de Núñez, con Ingnacio Fernández, se presenta como: “River Plate, Defensores de Cadret, Deportivo Cs. Cs., Roberto Mouras, Carlos Gardel, Chevrolet y yo”, junto con la foto de perfil acompañado por su esposa Nelida Mirta Álvarez.

¿DE TODOS ESTOS AÑOS DE VIVENCIAS Y APRENDIZAJES, QUÉ MENSAJE LE DEJARÍA A LAS PERSONAS QUE FUMAN?

“En mi caso la salud me obligó a dejar de fumar; más de una vez había intentado y a los pocos días volví a fumar, así en tres oportunidades, pero, cuando llegó un momento como este que era sí o sí dejar de fumar me puse las pilas y dejé aceptando lo que me decía el profesional con razón. Ví que había una familia detrás y que el vicio solo te lleva a perder, a uno le parece pero no te ayuda en nada”.

Y reflexiona. ¡Qué feliz sería si nadie fumara! Es imposible. Cada uno tiene su razón para hacerlo. A mí, por ejemplo en su momento, aunque no fumara debía tener cigarros en casa para cuando me dieran ganas porque estamos en el campo a 8,10 Km del pueblo y, si no tenía, agarraba la moto y salía a comprarlos. Hoy me doy cuenta de que no tiene que ser así, hay que saber dominar al vicio”.

Y aconseja. “Se puede dejar de fumar, que con el famoso -Fumá, hacete hombre, perdí porque me hice fumador y no me llevó a nada. Prueben dejarlo.

Cuando veo a un fumador le digo, yo era como vos y cuando dejé el cigarrillo decía: ¡que tonto que era! ¿Por qué fumaba? Y a vos te va a pasar lo mismo. Pero se me ríen”,concluye Luján que confiesa decirles lo propio para que no sufran como él en cuestiones de salud.